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Muele tu café, y notarás la diferencia

Publicado en15/07/2020 1867
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Descubre la diferencia entre comprar un café ya molido o comprarlo en grano y molerlo en el momento.

Al comprar un café ya molido, las propiedades de sabor y aroma se pierden rápidamente. La solución para sacar todos los aromas y sabores del café, es hacernos con nuestro propio molinillo, adquirir granos enteros y conseguir una buena cafetera, de esta forma nos sentiremos como auténticos baristas.

Los mejores resultados se obtienen con los molinillos manuales, porque conservan mejor las cualidades del café durante el proceso de molienda. Funcionan de forma muy sencilla. Su sistema cuenta con una manivela, un sistema de fresado cerámico y un depósito para conservar y transportar el grano molido. Para sorpresa de algunos, hay que decir, que no se tarda nada, el molido estará listo en 30 segundos por cada 10 gr (para una cafetera italiana de tres tazas son unos 17-18 g. por lo tanto, minuto y medio si eres un flojuch@)

Las ventajas que nos da este utensilio no son pocas, si somos verdaderos apasionados del café, notaremos la diferencia al prepararlo y podremos buscar sabores más intensos, moliéndolo más fino, o más suaves con el molido más grueso. Esto no solo nos permitirá jugar con la intensidad, además permitirá probar los cafés en distintas cafeteras.

Se componen de las siguientes piezas:

La tolva, el recipiente en el que se colocan los granos de café enteros.

La cámara de molienda, conectada a la tolva. En su interior hay un mecanismo de muelas que trituran los granos.

La manivela, al girarla, el usuario permite el paso de los granos de café de la tolva a la cámara de molienda y mueve las cuchillas y muelas que trituran el café.

El dosificador de café ajusta el grosor del café molido. Debemos considerar que no todos los tipos de café deben molerse igual.

La bandeja o depósito de recogida, recoge el grano ya triturado para su posterior uso en la cafetera.


La historia del molino de café se remonta al s XVI con la introducción del café en Europa. En sus comienzos, para molerlo, se empleaban morteros (actualmente se sigue haciendo en algunos pueblos de Etiopía(SEO)). Sin embargo, lo poco prácticos que resultaban hizo que se buscasen alternativas. Fueron inventados en el siglo XVII simultáneamente en Francia y Turquía. Curiosamente, los de este último país son los que más difusión tuvieron y más perduraron. Tanto, que los modelos manuales con manivela más actuales derivan de ellos.

Recomendamos probar a preparar los cafés de distintas maneras, empleando cafeteras de inducción, como la Mocca, otras manuales, como la V60, la Aeropress o las cafeteras de émbolo, o las eléctricas como la Expresso. Si quieres más información sobre el tema, consulta nuestros artículos anteriores.

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